Los rodamientos autoalineables son unidades constructivas de una hilera de bolas, listas para el montaje, que se componen de un anillo exterior macizo, un anillo interior prolongado por uno o por ambos lados, jaulas de plástico o de chapa de acero y obturaciones. Los rodamientos con el anillo interior prolongado por ambos lados tienen un vuelco más reducido del mismo y, como consecuencia, un funcionamiento más suave. La superficie externa del anillo exterior puede ser esférica o cilíndrica. En combinación con soportes, adaptados a cada tipo, los rodamientos con superficie exterior esférica compensan los errores de alineación estáticos del eje.
Con algunas excepciones, los rodamientos autoalineables pueden reengrasarse. Para ello, tienen dos agujeros de engrase desfasados 180° en un plano, en el anillo exterior.
Los rodamientos autoalineables son especialmente fáciles de montar. La fijación en el eje se realiza mediante un anillo tensor excéntrico, tornillos prisioneros en el anillo interior, un manguito de fijación, una ranura de arrastre o con ajuste.